No hablo del filósofo de la Grecia Clásica. Hablo de uno de los mejores futbolistas del mundo. Hablo de uno de los jugadores más geniales e inconfundibles, considerado el mejor jugador sudamericano en 1983 y elegido por la FIFA, en 2004, como uno de los 125 mejores jugadores vivos de la historia.
Hablo del capitán de una de las mejores selecciones de todos los tiempos: la selección de Brasil de los mundiales de España 82 y de México 86, junto con Zico, Falcao, Eder, Cerezo y Junior. Es cierto que no lograron ganar esos dos mundiales, pero pudimos deleitarnos con su juego. En España 82, Brasil perdió 3-2 contra Italia en la segunda fase de grupos en un partido memorable, legendario, inolvidable, y en México 86 perdió contra Francia en cuartos de final en los penaltis. Pero como él decía “la gente no se olvida de sus emociones”, y eso es lo que nos ha sucedido a los que tuvimos la fortuna de ver a la selección brasileña en aquellos dos mundiales: no la hemos olvidado y nunca la olvidaremos.
Sócrates
Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira nació en Belem (Brasil) el 19 de
febrero de 1954 en el seno de una familia acomodada y culta. Su padre era un
gran admirador de la Grecia clásica y repartió nombres de filósofos y reyes
entre sus hijos. Sócrates fue uno de ellos.
No fue un futbolista
al uso. El fútbol no fue nunca lo principal en su vida. Estudió medicina y no
se dedicó al fútbol hasta que se licenció, a los 23 años. Siempre fue humilde y
sus ideales le llevaron a ser un futbolista comprometido humana y
políticamente. “Si la gente no tiene el poder de decir las cosas, entonces yo
las digo por ellos” decía. En los años de la dictadura militar de Brasil, él
saltaba al campo con camisetas y pancartas en su contra, en las que se podía
leer: “Democracia ya”, “Elecciones ya”. Lideró el movimiento ideológico "Democracia
Corinthiana" ayudando a que el
Corinthians se convirtiese en el único equipo del mundo en el que los empleados
participaban en las decisiones importantes del club (fichajes, alineaciones, etc...), tanto
jugadores como utilleros, limpiabotas como cuerpo técnico. Los jugadores se
presentaban en el campo con pancartas reivindicativas: “Ganar o perder, pero
siempre en democracia”. Era un admirador del Che Guevara y cantaba canciones de
Lennon. Era muy alto y espigado. Medía 1.90, pero apenas calzaba un 38 de pie.
No era un obseso de su físico y el fútbol no le impedía echarse un pitillo y
tomarse un par de cervezas de vez en cuando. Al fin y al cabo él no tenía que
correr tanto como los demás, él hacía correr el balón. Lo controlaba con una
facilidad inusitada y realizaba un pase en profundidad con una precisión
milimétrica, un taconazo increíble, o un pase entre líneas que abría las
defensas con suma destreza. Decía de sí mismo que no era un atleta, sino un
artista y que en todos los partidos daba grandes pinceladas. Los que le hemos
visto efectivamente damos fe de ello.
Jugó en el
Corinthians, donde ganó las ligas de 1982 y 1983. Luego en la Fiorentina apenas
una temporada, en el Flamengo, el Santos y el Botafogo. Dejó el fútbol en 1989 a
los 35 años y comenzó a ejercer como pediatra. Intentó ser pintor, músico y
Lula Da Silva le tentó con la política.
Pero el alcohol y
la cirrosis hepática que le provocó, finalmente pudieron con él a los 57 años
de edad. Se ha ido uno de los más grandes. Ya le estoy echando de menos.
El fútbol le hizo
un último regalo el mismo día de su muerte. El Corinthians ganó su 5º campeonato
liguero y por supuesto se lo ha dedicado a uno de los jugadores más queridos e
idolatrados de su historia: al Doctor Sócrates.
Una cita de Sócrates que apreciarás:
ResponderEliminar"Para mí", reflexionaba Sócrates "lo ideal sería un socialismo perfecto, donde todos los hombres tengan los mismos derechos y los mismo deberes. Una concepción del mundo sin poder".
Estimado Futbol2.0, la verdad es que es una fantástica cita con la que estoy de acuerdo en el fondo, pero yo a eso no lo llamaría socialismo perfecto, lo llamaría sistema de responsabilidad y vuena voluntad, que dista mucho del socialismo, sobre todo si no hay poder.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario.