Si
me preguntaran cuales han sido mis tres jugadores favoritos de la historia del
futbol, no dudaría ni un segundo y respondería que han sido Enzo Francescoli,
Fernando Redondo y Zinedine Zidane, pero no necesariamente en este orden. Si nos
paramos a pensar un poco, se intuye que los tres tienen un denominador común:
han sido tres de los jugadores más elegantes y con más clase del fútbol, pero
también eran carismáticos, tenían carácter, corazón y fuerza.
En
esta ocasión me voy a centrar en Zinedine Zidane (por supuesto dedicaré una
entrada a los otros dos superclases más adelante) al que además he tenido el
privilegio de poder ver en vivo y en directo durante 5 magníficos años.
Zinedine
Zidane nació en Marsella el 23 de junio de 1972 en el seno de una familia de
emigrantes argelinos. Durante su infancia practicó varios deportes, pero el
fútbol era su pasión. Además soñaba con imitar a Enzo Francescoli, su ídolo,
que por aquel entonces era la estrella del Olympique de Marsella. En efecto, la
influencia de Francescoli en Zidane es evidente: similar demarcación, técnica,
clase, juego elegante, carácter en el campo... magia!!!
Tras
jugar en varios equipos locales, en 1986 fue contratado por el Cannes, donde, a
pesar de su carácter tímido, se desarrolló y comenzó a destacar por su juego y
en 1989, antes de cumplir los 17 años debutó en Primera División con el Cannes,
equipo en el que jugaría hasta que en 1992 fue fichado por el Girondins de
Burdeos uno de los clubes más importantes de Francia y en el que se erigió de
forma inmediata en uno de sus pilares (35 partidos y 10 goles). Destacó de esta
etapa el impresionante gol marcado al Betis en una eliminatoria de la Copra de
la UEFA.
Y
llegó a la selección francesa en 1994, que por aquel entonces atravesaba
momentos de penuria deportiva, tanto que no había sido capaz de clasificarse para
los dos últimos Mundiales, junto con algunos compañeros suyos del Girondins
(Dugarry y Lizarazu) y una generación de fantásticos jugadores como Djorkaeff,
Thuram, Karembeau, Henry, Blanc, etc... que cambiaron radicalmente el panorama.
Zidane hizo un buen papel en la Eurocopa de 1996 a pesar de haber sufrido un
accidente de tráfico un par de semanas antes que no le permitieron estar físicamente
al 100%, pero lo mejor estaba por llegar.
Las
magníficas actuaciones tanto en el Girondins como en la selección gala durante
la Eurocopa de 1996, hicieron que la Juventus de Turín, reciente campeón de Europa,
se fijara en él y en el verano de 1996 ficha por la “vecchia signora”. Aunque
le cuesta adaptarse al futbol italiano por su exigencia física y su dureza y
sobre todo por la permanente comparación con el recuerdo que Michel Platini
había dejado en el club Turinés, poco a poco logra consagrarse como un “fuoriclasse”,
como una estrella y la Juventus logra la Supercopa Europea de 1996, la
Intercontinental de 1996 y dos campeonatos de liga consecutivos en 1997 y 1998.
Además logra llegar a la final de Champions, aunque pierde ambas, la primera
contra el Borussia Dortmund y la segunda contra el Real Madrid.
A
pesar de la grandísima decepción de la derrota en su segunda final de Champions
consecutiva, Zidane tiene un objetivo que le obsesiona: ser Campeón del Mundo
con Francia en el Mundial disputado en su país durante el verano de 1998. Tras
un buen primer partido, Zidane es expulsado en el segundo con tarjeta roja
directa, lo que le impide jugar el tercer partido de la ronda clasificatoria y
el partido de octavos de final contra Paraguay en el que Zidane sufrió en el
banquillo como el que más. No podía ayudar a sus compañeros y eso le
desesperaba. Francia ganó con gol de Blanc y se encontró en cuartos de final
contra Italia. Zidane juega un buen partido, pero después de los 90 minutos
reglamentarios y de los 30 de la prórroga se llega a la tanda de penaltis. Francia
pasa a semifinales donde se encuentra con Croacia. Comienza perdiendo 0-1, pero
Thuram marca 2 goles para ganar y alcanzar la final de la Copa del Mundo contra
Brasil. Y ese fue su momento. Con dos magníficos goles de cabeza se alzó como
el mayor ídolo de Francia. En
1998 es galardonado con el Balón de Oro y nombrado mejor jugador del año FIFA.
La
temporada 1998-1999 es una temporada para olvidar, en la que además Zidane se lesiona y tiene que operarse del tobillo. Las críticas espolean a Zidane que comienza la
temporada siguiente con muchas ganas. Pero el final de temporada es muy extraño
y la Juventus pierde el Scudetto en el último partido de liga.
En
el verano de 2000 se juega la Eurocopa de 2000 en la que Francia parte como una
de las selecciones favoritas. Zidane hace un fantástico torneo y Francia se
proclama campeón de Europa
Una
vez finalizado el Campeonato de Europa comenzaron a surgir especulaciones sobre
su posible traspaso a otro gran club europeo, casi siempre desmentidas, pero
que finalmente se hicieron realidad en el verano de 2001 con su multimillonario
fichaje -más de 12.000 millones de pesetas- por parte del Real Madrid, decisión
en la que tuvo influencia su matrimonio con una española, Verónica. Se
convirtió en el fichaje más caro de la historia hasta el momento.
Zidane
refuerza una plantilla que el año anterior había sido campeona de Europa en la
que se encontraban entre otros Raúl, Figo, Redondo, Roberto Carlos... y ese
mismo año se alza con el único gran título que aun no había alcanzado: la Copa
de Europa que gana el Real Madrid en Glasgow 2-1 al Bayern Leverkusen con un
histórico gol del propio Zidane, probablemente el gol más bonito que marcó en
toda su carrera y desde luego uno de los más importantes junto con los de la
final del Mundial de 1998.
En
2003 el Real Madrid gana la liga, sin embargo las siguientes temporadas del
conjunto blanco son un fracaso. Zidane y otros de los galácticos fueron cuestionados
por su actitud y su juego, pero Zidane tenía como objetivo retirarse en la
temporada 2005-2006 después de jugar el Mundial de Alemania y quitarse la
espina de no haber podido jugar el de 2002 por lesión.
Antes,
el 7 de mayo de 2006 Zidane jugó su último partido con la camiseta del Real
Madrid en el Bernabéu y se convirtió en uno de los momentos más emocionantes de
su carrera. El equipo blanco jugó con la inscripción “Zidane 2001-2006” debajo
del escudo del club. Al finalizar el partido fue ovacionado por el público que
abarrotaba el estadio Santiago Bernabéu al grito de “Zizou, Zizou” y se le pudo
notar visiblemente emocionado cuando salió al centro del campo a saludar a los
aficionados del Real Madrid.
En
el Mundial de 2006 Francia alcanza la final con un fantástico Zidane, después
de haber eliminado a España en octavos, a Brasil en cuartos y a Portugal en
semifinales. En la final Zidane marca el 1-0 de penalti a lo Panenka a los 10
minutos pero Materazzi empata para Italia en el minuto 19. Con ese marcador se llegaría
al final de los 90 minutos reglamentarios. A 10 minutos del final de la
prorroga Zidane propina un cabezazo en el pecho de Materazzi y es expulsado.
Francia pierde el título en la tanda de penaltis. A pesar de todo esto, Zidane
es nombrado mejor jugador del Mundial, lo que le ensalza todavía más: su mala
acción no logró empañar su maravilloso juego.
Y
precisamente eso es lo que nos queda de Zidane. Era un maravilloso mediocampista
ofensivo inspirado en Enzo Francescoli al que le gustaba desenvolverse con
libertad a lo largo y ancho del terreno de juego, que organizaba el ataque de
sus equipos con una exquisita elegancia y calidad técnica, con enormes
recursos, una visión de juego privilegiada y una gran llegada. Era capaz de
regatear, de hacer paredes rápidas, de realizar pases largos, al hueco, al
desmarque, de romper una defensa por velocidad y potencia, de chutar con ambas
piernas y de lanzar faltas magistralmente. Era un jugador total que como el
mismo decía, se hacía pequeñito fuera del campo, pero se crecía dentro. Era un
jugador con carácter, con ganas de hacer disfrutar a la gente que iba a verle
jugar y que con el tiempo se transformó en un ganador. Ese era Zidane y siempre
recordaremos su forma de jugar.
Podría
seguir escribiendo de Zidane largo y tendido, pero no lo voy a hacer. Sólo
quería dar unas pinceladas de la vida de este astro del fútbol y dedicarle la
entrada a Jaime con el que estaba en deuda desde hace mucho tiempo. Los dos
objetivos quedan más que cumplidos. Aun así, quiero os invito a que veáis el
maravilloso documental sobre Zizou del que os facilito los vínculos. Que grande
es este hombre!!!
Aquí os dejo el documental completo en francés.
HOLA SI RECUERDO A ESTE JUGADOR ZIDANE RECUERDO EL MUNDIAL Y TAMBIEN UN LAPSUS QUE TUBO BUENO SIEMPRE ME GUSTO Y AHORA LO VEO EN LA TELE AHORA VIVO EN BARCELONA Y SOY HINCHA DEL MADRID Y ALGUN DIA MUY LEJANO SERA EL ENTRENADOR DEL MADRID TE LO ASEGURO SALUDOS
ResponderEliminarEstimado Anónimo!!
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu comentario y por leer el blog.
El recuerdo que Zidane ha dejado en los madridistas es absolutamente imborrable. Estoy seguro que hablo por la gran mayoría de ellos. Efectivamente creó que podrá llegar a ser entrenador del Real Madrid ya que, de hecho, se está preparando para ello. Es más, ya lleva dos años "mamando" lo que es el Real Madrid por dentro y eso seguro que es un grandísimo aprendizaje.
Debe ser muy duro ser madridista en Barcelona, pero te doy todo mi apoyo, y seguro que habrá muchas ocasiones en que lo disfrutes muchísimo!!
Un abrazo!