“La venta durante una subasta en Ginebra en noviembre de 2010 de una rara botella Imperial de Cheval Blanc 1947 a un coleccionista privado por 304.375 $ (224.000 € aprox) estableció un nuevo record mundial para una sola botella. El experto en vinos de Christie’s, Michael Ganne, dijo que la venta constituye un nuevo récord mundial en la categoría de vinos y que se trataba de la única botella de formato Imperial conocida de una cosecha muy buscada de un vino de Saint-Emilion. Además afirmó que este ejemplar de Cheval Blanc es sin duda alguna de uno de los más grandes Burdeos de todos los tiempos, no sólo por su calidad extraordinaria sino también por su longevidad, ya que todavía puede conservarse 50 años sin problema alguno. La botella Imperial es una botella de 6 litros, lo que equivale a 8 botellas estándar, con lo que el precio de la botella estándar estaría en 28.000 €”.
Así es como hago mención a este vino en mi entrada del jueves 10 de mayo de 2012 sobre “Los 10 vinos más caros del mundo”.
La botella pertenecía a un coleccionista suizo que quiso permanecer en el anonimato, fue completamente reacondicionada por Château Cheval Blanc. Los expertos no encontraron nada extraño que alcanzase este precio ya que este vino es uno de los únicos dos que recibe el más alto rango Premier Grand Cru Classé (A) en la clasificación del vino de Saint Emilion de 1955 junto con el Château Ausone y es considerado como uno de los mejores Burdeos de todos los tiempos.
Pero adentrémonos un poco más en las bodegas Cheval Blanc y en su vino de
1947.
Château Cheval Blanc es una bodega de Saint Emilion en la región de Burdeos nacida en 1832 momento en el que Château Figeac vendió 15 hectáreas al Sr. Laussac-Fourcaud (incluyendo un estrecho camino de grava a través de Figeac hasta el límite de las tierras de Château Petrus en Pomerol.
El viñedo tiene las cualidades de tres de las zonas de Burdeos. De Pomerol
pues está ubicada en el límite, de Graves pues el suelo es de grava y, por
supuesto de Saint Emilion. La zona de viñedo abarca 41 hectáreas, con 37
plantadas con una inusual composición de variedades de uva: un 57% cabernet
franc, un 40% merlot y pequeñas parcelas de malbec y cabernet sauvignon. La
producción anual media es de 6.000 cajas del Grand vin y 2.500 cajas del
segundo vino, Le Petit Cheval.
Precisamente esto hace que el Château Cheval Blanc tenga un carácter algo
diferente a los vinos de la prestigiosa zona de Saint Emilion. La influencia de
la zona de Pomerol y la utilización de la cabernet franc a partes iguales con
la merlot lo que le hace un vino delicioso cuando está recientemente
embotellado pero al mismo tiempo tiene una extensísima vida en botella. Veinte
años después de embotellado tiene una excelsa fragancia, incluso mayor que
algunos médoc jóvenes.
En 1855 los vinos de Cheval Blanc no aparecían en la clasificación que
establecía los cinco niveles de los vinos de Burdeos. No fue considerado de
suficiente calidad, pero en las exposiciones universales de Londres y Paris de
1862 y 1867 obtuvo dos medallas, de bronce y de oro respectivamente que aun
destacan en sus etiquetas. Sin embargo, el vino de las bodegas siguió vendiéndose
como vino a granel, mientras que el la otra orilla del estuario de Gironda,
confluencia de los ríos Dordona y Garona, los “Latour” y Lafite” ganaban prestigio
y dinero.
El verano de 1947 fue fabuloso en la región de Burdeos: tanto en julio como
en agosto hizo un calor abrasador y
septiembre fue un mes casi tropical. Las uvas maduraron para dar un fantástico
vino, pero una vez realizada la cosecha el calor seguía siendo extremadamente sofocante
y en las bodegas no se conseguía controlar la temperatura, lo que provocó que
se detuviera la fermentación y las levaduras no consiguieran convertir el azúcar
de la uva en alcohol. Muchas de las cubas se estaban perdiendo, pero Thierry
Manoncourt, el propietario de las bodegas Cheval Blanc, decidió echar hielo en
los tanques de vino que aun no se habían malogrado antes de que se perdiera
toda la cosecha. Pensó que era mejor obtener un vino un poco aguado a perder
toda la producción y efectivamente salvó parte de la cosecha y siguió vendiendo
vino a granel.
El Château Cheval Blanc 1947 está considerado como el mejor Burdeos de
todos los tiempos.
En 1952 un famoso enólogo probó este vino y ahí comenzó su fama.En 1955 Château Cheval Blanc fue calificado como Premier Grand Cru Classé
(A), el más alto rango en la clasificación del vino de Saint Emilion junto con
el Château Ausone. A diferencia de la clasificación de 1855, esta es revisada
con regularidad. Desde ese momento está considerado como uno de los mejores
vinos de Burdeos.
Cuentan que, tras la evaluación que Robert Parker había realizado de las
muestras en barrica de la cosecha de Château Cheval Blanc de 1981, el director
de la bodega Jacques Hebrard, quedó totalmente indignado con la misma y le pidió
al famoso crítico que realizara otra cata. Parker accedió y al llegar al
château fue atacado por el perro de Hebrard mientras este no hacía nada para
remediarlo. Cuando Parker le pidió una venda para detener la hemorragia de la
herida de una de sus piernas, Hebrard le dio una copia del boletín de
evaluación. Hebrard se defendió diciendo que Parker no estaba sangrando.
Pasado un tiempo Parker realizó una nueva cata y emitió una evaluación
mucho más positiva que la anterior.
El château siguió en la familia hasta 1998 cuando fue vendido a Bernard
Arnault, presidente del grupo de lujo LVMH y al empresario belga Alber Frère.
Quizá Château Cheval Blanc sea uno de los vinos más famosos del mundo, y muestra
de ello son las mil y una menciones al mismo en el cine: el 2004, en la
película “Entre copas” Miles Raymond interpretado por Paul Giamatti tiene como
más valiosa posesión un Château Cheval Blanc de 1961; en “Ratatouille” (2007)
el cínico crítico gastronómico, Anton Ego (con la voz de Peter O`Toole),
sugiere “Tu proporcionas la comida, yo proporciono la perspectiva, que irá muy
bien con una botella de Cheval Blanc 1947”.
Ahora mismo, aquellos que tengan una economía bien saneada, pueden disfrutar de este vino adquiriéndolo a través de internet o en lugares como Evinité o Lavinia por unos 4.900 € la botella de 75 cl. Para mi desgracia, yo aun no he tenido el privilegio de probarlo y me temo que va a ser difícil que lo haga.
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