En los últimos días he podido probar varios Somontano
de gran calidad y esto me ha hecho pensar que la D.O. Somontano se merece una
entrada en mi blog.
Aunque la historia del vino de la zona se remonta a
varios siglos antes de Cristo, es el asentamiento de los itálicos, que importan
técnicas vitivinícolas, el factor clave para que se desarrollara el cultivo de
la vid en esta parte de las orillas del río Ebro. En la Edad Media, gracias a los
monasterios, el cultivo de la vid se extiende por todo Huesca. En el siglo XIX,
el ataque de la filoxera al viñedo de Francia provocó el incremento de la producción y
ventas vinícolas de la comarca, el aumento de las exportaciones y que, durante ese siglo, la producción de
vino en Huesca se fuera ciñendo, cada vez más, al Somontano gracias a la
especialización de la zona en la producción y a la buena calidad de sus vinos.
Pero el germen de lo que hoy es la Denominación de
Origen surge en los años 60, con el nacimiento de la Cooperativa Comarcal
Somontano del Sobrarbe –que aglutinaba a gran parte de los viticultores de la
zona- que supone la apuesta de la zona por la viticultura de calidad como motor
de la economía. Y es en 1984 cuando se aprueba la Denominación de Origen Somontano
y a partir de ese momento llegan a la zona grandes proyectos empresariales con
grandes inversiones.
Ya en pleno siglo XXI, la D.O. Somontano vive un
momento histórico marcado por la llegada
de nuevas bodegas, la inversión de capital, el crecimiento en producción y
comercialización y el reconocimiento a la calidad de sus vinos por parte de las
guías especializadas más prestigiosas y de los consumidores. Su éxito es
consecuencia de toda su historia y sobre todo del trabajo del conjunto de los
viticultores, las bodegas y el Consejo Regulador en aras a ofrecer a los amantes
del vino un producto único, diferente.
Partiendo de su misma esencia etimológica, la zona
de producción de Somontano se extiende "a pie de monte", en el llano
del Pirineo de la provincia de Huesca en la Comarca de la que toma el nombre. Presenta
tres zonas diferenciadas: las sierras, el Somontano propiamente dicho y las
llanuras. Limita al norte a con las comarcas del Sobrarbe y Ribagorza, entrando
en contacto por el oeste con la Hoya de Huesca, al sur con los Monegros y al
este con la comarca de la Litera. Está constituida por 43 municipios. Su
emplazamiento medular en el centro geográfico de la provincia de Huesca,
equidistando perfectamente de sus extremos, le confiere un valor funcional de
primer orden en el eje socioeconómico más pujante de la provincia que articula
la comunicación Aragón-Cataluña y Navarra-País Vasco. Su extensión total suma
más de 200.000 hectáreas de superficie de las que cerca de 100.000 están cultivadas.
De estas últimas, más de 4.700 se dedican a la viña.
La Denominación de Origen Somontano cuenta con 15
variedades de uva, tanto locales como foráneas, procedentes de más de 4.700
hectáreas de plantación: Alcañón, Cavernet Sauvignon, Chardonay, Garnacha
Blanca, Garnacha Tinta, Gewürztraminer, Macabeo, Merlot, Moristel, Parraleta, Pinot
Noire, Riesling, Sauvignon Blanc, Syrah, Tempranillo.
De las bodegas existentes hoy, una de las más
antiguas es la fundada en el siglo XIX al son de la demanda de Francia, cuya campiña
había sido aniquilada por la filoxera, por
Francisco Lalanne, cuyo apellido da nombre al “chateau” que atesora la
tradición familiar y la elaboración artesanal de sus vinos. De esa misma época
datan otras bodegas que ya acogen a varias generaciones de historia vinícola
como Fábregas y Osca. Se trata de empresas que elaboran entre 100.000 y 300.000 botellas al año. Pero, sin duda, las
más conocidas son Viñas del Vero, Enate y Pirineos, las tres mayores bodegas
(producen entre 3,5 millones y 6 millones de botellas) y las que con su
fortaleza pudieron liderar el desarrollo de los vinos de la D.O. Somontano en los años 90. Además, la zona cuenta con
otros importantes proyectos de gran envergadura como Bodegas Olvena, Laus o
Irius, proyectos que van más allá del cultivo de la vid, como el turismo, la
arquitectura, la cultura y el diseño.
Por supuesto, la D.O. Somontano está formada por
muchas más bodegas de medio tamaño como Monclús, Valdovinos, Dalcamp, Otto
Bestué, Sierra de Guara, Ballabriga, Aldahara, Raso Huete, Abinasa y Meler,
bodegas que con su toque personal, su historia y su filosofía, viven la
elaboración del vino desde empresas familiares y bodegas familiares como Alodia,
Estada, Bal D'Is'bena, Montessa, Obergo, Sers, Monte Odina, Sentif, Villa
D'Orta, Mipanas, Lasierra, Chesa, El Grillo y la Luna o De Beroz, cuya seña de
identidad da fruto a unos vinos que profundizan en las raíces del viñedo y los
suelos aportando toques nuevos en sus vinificaciones.
Pues bien, voy a recomendar tres vinos de la D.O.
Somontano que he tenido el gusto de disfrutar, uno de ellos por primera vez, en
los últimos días:
Osca
Merlot Reserva 2ª añada
Lo he probado por primera vez y francamente me ha
sorprendido que un vino cuyas viñas aun son jóvenes tenga el aroma y el sabor
tan evolucionados. Elaborado con la variedad Merlot 100% y con una crianza de
24 meses en barrica de roble francés. De color cereza intenso, los aromas
resultan limpios e intensos y de una gran complejidad. Se puede diferenciar una
gran explosión de frutas combinado con vainillas y tostados. En boca resulta
equilibrado, con los ácidos marcados y taninos maduros y dulces. Presenta
sabores ahumados. No excesivamente voluminoso, pero con gran final, largo y
sabroso, además de suave.
Viñas del Vero Crianza 2007 Tempranillo y Cabernet Sauvignon
Elaborado con Tempranillo y Cavernet Sauvignon, es uno
de los clásicos de la D.O. Somontano. Vendimia seleccionada y vinificación
tradicional. Envejece durante 8 meses en barricas de roble americano. De color
rojo picota, tiene un aroma intenso con sensaciones de madera tostada en primer
plano y fruta que quiere hacerse notar. Aunque no tiene mucho cuerpo, tiene una
buena acidez y la fructosidad suficiente. Se pueden percibir tostados que dejan
un agradable postgusto.
Un fantástico vino con 90 puntos en la Guía Peñín de
2010, elaborado con Gewürztraminer 100% procedente de la Finca San Jaime y
recogida con técnicas tradicionales como la poda en verde y el aclareo de
racimos manual. Una vez en la bodega, se somete a un proceso de criomaceración
en prensa a 10º C durante 8 horas. Posteriormente la fermentación se realiza a
16º C y una vez finalizada se trasiega dejándolo durante 2 meses en un depósito
junto con las lías finas. El embotellamiento se realiza, generalmente en la
semana previa a la Navidad, permaneciendo en reposo hasta el mes de marzo,
momento en el que el vino alcanza su punto óptimo.
Es un vino de color amarillo limón, muy vivo y
luminoso, con aromas frutales muy intensos (algo de piña), pero en el que se
percibe un fondo de fruta madura. En boca es muy fresco y con volumen, sabroso
y con un final muy largo que deja un fantástico gusto.
Espero que disfrutéis de estos u otros Somontanos.
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