¿Quién no ha tomado un vino que le ha parecido excesivamente ácido? ¡El que esté libre de pecado que tire la primera piedra!
Efectivamente el vino es una bebida ácida por
naturaleza, al igual que el zumo de cualquier fruta sin madurar en exceso. A
pesar de ello, la acidez no es una característica del vino de la que se hable
demasiado a no ser que predomine en exceso, lo que evidentemente no es buena
señal y provoca un rechazo frontal al consumo del vino. Pero, sinceramente, a
mi me parecen una parte fundamental del vino y tienen que estar en su justa
medida, por lo que hablaré de ellos en su justa medida.