Los Crianza de Arzuaga son vinos que me gustan
especialmente. Todos los que he tenido el placer de probar (Crianza 2004, 2005,
2006, 2007 y 2008), aunque ni mucho menos son iguales, poseen un par de características comunes:
- No dan la sensación de ser unos vinos típicos de la Ribera del Duero ya que no tienen tanto tanino ni tanta acidez como los vinos clásicos de esta D.O. y además tienen mucha madera que se deja notar tanto en nariz como en boca.
- Son vinos que evolucionan en nariz y cambian radicalmente desde que se descorcha la botella y se hace la primera cata, hasta que, una vez oxigenado y sobre todo reposado, se cata una segunda vez, y otra vez más.