martes, 27 de diciembre de 2011

Nelson Piquet, Alain Prost, Nigel Mansell y Ayrton Senna (Parte I - 1981-1987)



Desde que Fernando Alonso llegara a la Formula 1 allá por 2001, la afición por este de deporte ha crecido en España de forma exponencial. Pero, aunque quizá no sea políticamente correcto, para mí, ahora mismo, la Formula 1 es muy, muy poco interesante, a pesar de que Tele 5 primero y La Sexta después hayan invertido muchos millones de euros en intentar hacerla interesante. Pues bien, a pesar de esa millonaria apuesta, la Formula 1 actual a mí no me llega como me llegaba la de los años dorados de este deporte, la de los años 80 y 90. ¿Por qué? Pues porque no hay pilotos tan maravillosos  y carismáticos como los que hubo en los años 80 y 90 y porque casi siempre gana la tecnología y no la conducción, gana el que mejor coche tiene y hay muy poca cabida para las sorpresas.

También tengo que decir que soy un fiel seguidor de Fernando Alonso. A pesar de que no es un tío simpático estoy con el a muerte por varios motivos: es español, asturiano y madridista y ha hecho que España sea alguien en el mundo de la Fórmula 1.

Pero, qué queréis que os diga... en realidad quiero hablar de los cuatro grandes de este deporte de los 80 y 90: Nelson Piquet, Alain Prost, Ayrton Senna y Nigel Mansell.

Hablaré de ellos en orden cronológico de acuerdo a las fechas en que ganaron su primer campeonato de Fórmula 1.

Nelson Piquet era mi gran ídolo de la Fórmula 1, era el más grande, el mejor hasta que Ayrton Senna apareció en escena. Entonces tuve que dividir mi corazón entre ambos. Los dos, brasileños, tenían un halo muy especial que les hacía diferentes, aunque eran muy distintos entre sí.

Piquet, era un hombre de fuerte carácter, polémico, problemático, pero sobre todo tenía un increíble talento y un gran carisma. No ponía ningún interés en los entrenamientos, pero después rendía en calificaciones y sobre todo en carrera de manera excepcional. Sacaba todo su saber y exprimía al máximo sus aptitudes: técnica e inteligencia.

Nelson Soutomaior, Nelson Piquet, nació en Rio de Janeiro el 17 de agosto de 1952. Hijo de un ministro brasileño, tuvo una infancia privilegiada. Desde muy joven destacó como jugador de tenis y viajó a Estados Unidos con la intención de mejorar y lanzarse al circuito profesional, pero precisamente allí descubrió su verdadera vocación: el automovilismo. Comenzó a disputar carreras de  karts con el apellido de soltera de su madre, Piquet, para no crearle problemas a su padre, sobre todo por el probable fracaso que creían iba a tener en el mundo del automovilismo. En su segundo año compitiendo se proclamó campeón de Brasil de karts y aun con la oposición de su padre, que dejó de ayudarle económicamente, su espíritu luchador le llevó a conseguir patrocinador para poder competir y ganar el campeonato brasileño de Super V, lo que le animó a dar el salto a Europa en 1977 a la F3 británica. Y como no podía ser de otra manera, siguió destacando por su talento innato y Bernie Ecclestone, que por aquél entonces era el patrón del Parmalat Racing Team, le contrato para su equipo como compañero de Niki Lauda.

Debutó en 1978 en el GP de Alemania y en 1979 ganó sus primeros puntos en la Formula 1 al terminar 4º en el GP de Holanda.

En 1980 asumió el papel de líder del equipo Brabham tras la primera retirada de Lauda y alcanzó el subcampeonato por detrás de Alan Jones después de ganar 3 carreras.

Por fin, el 17 de octubre de 1981, Nelson Piquet logró su primer campeonato en un apretadísimo final con Carlos Reutemann: en el último GP de la temporada, en Las Vegas, el argentino tenía la pole y aventajaba en un sólo punto a Piquet, que salía cuarto. Al final de la carrera, Reutemann se quedó fuera de los puntos, octavo, mientras que Piquet acabó quinto y logró los dos puntos necesarios para lograr el título. Y este fue el primero de los tres que lograría: 1981, 1983 y 1987.


Sus principales rivales fueron Alain Prost primero y Nigel Mansell y Ayrton Senna después.

1982 fue un año muy irregular para Piquet. Además protagonizó uno de los altercados más famosos de la Formula 1 tras un accidente con Eliseo Salazar en el GP de Alemania. Al quedar los dos fuera de la carrera Piquet, muy enfadado, salió rápidamente de su monoplaza y fue a golpear al piloto chileno al que culpaba del percance.





Ninguno de los pilotos del campeonato ganó más de dos carreras, y el más regular fue Keke Rosberg, de forma que se proclamo campeón de Formula 1 con un Williams con motor Cosworth.

En 1983 pudimos disfrutar de una gran batalla por el título entre Piquet y Prost.
 
Que puedo decir de Alain Prost. Es uno de los más grandes pilotos de Fórmula 1 de la historia, aunque como máximo rival de Piquet y de Senna no gozaba de mi admiración. Todo lo contrario, lo odiaba y deseaba que tuviera todos los problemas del mundo. Pero era un genio.


Nació el 24 de febrero de 1955 en Saint-Chamond, Francia. Era un piloto que se caracterizaba por su trabajo, minuciosidad y sobre todo por su inteligencia. Cuidaba al detalle cada parte de su monoplaza y su conducción era pura técnica, efectiva y rápida. Era un piloto frío y calculador. Debutó en la Formula 1 en 1980. Fue cuatro veces campeón del mundo en los años 1985, 1986, 1989 y 1993 y segundo en los años 1983, 1984, 1988 y 1990 y es el segundo piloto con más victorias y vueltas rápidas del mundo después de Michael Schumacher.

Se llegó al último GP de la temporada con posibilidades de ser campeón para ambos, pero un fallo en el motor del coche de Prost le impidió luchar hasta el final y Piquet se proclamó campeón del mundo con 2 puntos de ventaja. Qué grandísima alegría. Piquet ganó su segundo campeonato, pero apareció la gran figura de Prost.

En 1984 Prost perdió el mundial por tan solo medio punto ante su compañero de equipo, el veterano Niki Lauda. Los McLaren TAG dominaron el campeonato pero sólo uno de ellos podía ganar. Prost llevaba dos años acariciando el campeonato de Fórmula 1, por lo que al año siguiente se le conoció por el sobrenombre de “El Rey sin Corona”. Pero 1984 tuvo otra grata sorpresa: durante el GP de Mónaco apareció, como de la nada una, un joven piloto brasileño llamado Ayrton Senna.

Por fin en 1985 Alain Prost logró su primer mundial. Su gran coche y su inteligencia al volante le llevaron a ser claro dominador del campeonato y no tuvo rival en ningún momento.

En 1986, los Williams-Honda pilotados por Nelson Piquet y Nigel Mansell eran más potentes que los McLaren-TAG Porsche debido a su evolución durante el último año, pero se quitaban puntos entre ellos, permitiendo al McLaren de Prost mantenerlos en el punto de mira. De esta forma se llegó al último GP de la temporada en el circuito de Adelaida, en Australia con los tres primeros pilotos en un puño, con posibilidades para ganar el mundial. Nigel Mansell, era el favorito para alzarse con el título con 6 puntos de ventaja sobre Prost, segundo en aquel momento y 7 puntos sobre Nelson Piquet, tercero. Mansell tenía controlada la carrera sin tomar riesgos, pilotando de una forma muy conservadora. A pesar de ello sufrió un espectacular reventón de la rueda trasera izquierda a 18 vueltas del final, lo que le obligó a retirarse. En ese momento Piquet marchaba primero y de terminar en esa posición hubiese sido campeón del mundo, pero una errónea decisión de equipo de cambiar neumáticos, puso el triunfo en bandeja a Prost que de esta manera se proclamó campeón del mundo por segunda vez consecutiva. Fue un durísimo golpe, ya que Piquet acarició durante unos momentos su tercer campeonato. No obstante, nos dejó uno de los más maravillosos adelantamientos de la historia en el GP de Hungría sobre Ayrton Senna.




Ya he nombrado a Nigel Mansell, otro genio de la Formula 1 que nos hizo disfrutar de este deporte como nunca.

Nigel Mansell nació en Opton-on-Severn, Worcestershire, Inglaterra el 8 de agosto de 1953. De origen humilde, estudió ingeniería aeroespacial y ejerció su profesión antes de abandonarla por el automovilismo.

Debutó en la Formula 1 en 1980 con Lotus y aunque no tuvo mucha suerte se veía que era un piloto con muchas posibilidades. Su conducción era muy agresiva, pero espectacular, lo que le granjeó muchos enemigos en la pista y muchos seguidores fuera de ella. Uno de ellos era yo. Era un piloto espectacular y no tenía reparos en atacar a sus rivales en la pista aun con pocas posibilidades.

En 1987 fue el piloto que más carreras ganó (seis), pero a pesar de eso no pudo ser campeón del mundo, ya que Nelson Piquet fue más consistente y constante y ganó su tercer campeonato. Aun así, de ese año se recuerdan momentos épicos, como la recuperación de 30 segundos en la últimas 30 vueltas del GP de Inglaterra a Piquet, arrebatándole el primer puesto a falta de dos. Marcó vuelta rápida en 15 ocasiones consecutivas y nada más cruzar la línea de meta se quedó sin combustible. Los fans ingleses invadieron la pista y llevaron a Mansell en moto al paddock, pero se detuvo en el punto donde superó a Piquet para besar la pista. Quizá fuese el piloto más veloz en clasificaciones y carreras de ese 1987, pero los fallos mecánicos de su coche, algunas veces provocados por su forma de conducir, y algunos errores de conducción, le restaron posibilidades para alzarse con el título de campeón del mundo.




Coninuará en la parte II...

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