martes, 25 de octubre de 2011

El rugby. Deporte de “caballeros”


Aunque es el típico tópico, no deja de ser cierto: el rugby es un claro ejemplo de lo que es un deporte de caballeros. Y trataré de explicar por qué.



Se atribuye la invención del rugby a William Webb Ellis, un estudiante de teología del Colegio de Rugby, que, en 1823, durante un partido de fútbol de carnaval, desobedeciendo las reglas, tomó el balón con las manos y...


la llevó hasta la meta contraria obteniendo un gol. La práctica de este nuevo juego fue haciéndose popular en escuelas y universidades y en 1871 se crearon las primeras reglas oficiales. Un año más tarde Cambridge y Oxford comenzaron a realizar competiciones anuales.

Aunque la veracidad de este hecho se ha puesto en duda, finalmente fue aceptada por la International Rugby Board como el primer antecedente del rugby moderno, y dio su nombre al trofeo que se entrega a los ganadores de la Copa del Mundo de Rugby.





"Esta lápida conmemora la hazaña de William Webb Ellis, quien haciendo gala de una gran desenvoltura hacia las reglas del fútbol que en aquellos tiempos se jugaba, corrió por primera vez con la pelota entre las manos, dando así origen al hecho diferencial del juego de rugby .A.D. 1823".





En realidad esto no constituye ningún argumento a favor de la aseveración que he realizado en las primeras líneas... Solo quería incluir un poco de historia.
Ahora sí... Ya desde la creación involuntaria del rugby por el joven William Webb Ellis, se definió el rugby como un deporte en contraposición con el fútbol:

fuerza contra habilidad
juego limpio contra juego desleal

De hecho, nació el dicho británico que aun sigue teniendo vigencia hoy en día:

“El fútbol es un juego de caballeros jugado por villanos,
el rugby es un juego de villanos jugado por caballeros”

El rugby, efectivamente, se caracteriza por los siguientes valores:
  • Estricto conocimiento de las normas.
  • Absoluto respeto por las reglas del juego tanto de jugadores como de público. Difícilmente se ven acciones feas, acciones de mala fe, intentos de engaños.
  • Las decisiones del árbitro rara vez son discutidas por los jugadores. Nunca se pone en duda la autoridad del árbitro.
  • Coraje, lealtad, espíritu deportivo, disciplina, trabajo en equipo, solidaridad.
  • Humildad. Los jugadores no suelen adjudicarse el mérito de un tanto, de una buena jugada, de una buena acción defensiva.
  • Aunque la fuerza es fundamental, también lo son la inteligencia y la estrategia.
  • La sociabilidad y el compañerismo tanto entre jugadores del mismo equipo como entre jugadores adversarios. Generalmente, después de los partidos, todos los jugadores, los árbitros, los entrenadores e incluso parte del público se reúnen en lo que históricamente se ha denominado “el tercer tiempo” (cordial reunión en la que se habla sobre el partido o sobre cualquier otra cuestión de la vida cotidiana).

El rugby en España es un deporte poco conocido, con pocos seguidores y que apenas se practica, aunque en estos momentos podemos considerar que está en progresión, ya que el equipo nacional absoluto ha ascendido a la segunda división europea. De su evolución hacia la profesionalidad depende el éxito de nuestro equipo y la posibilidad de verlo competir con los grandes.

Esperemos que no hayan sido los valores del rugby los que hayan frenado el interés de los españoles por este precioso deporte. Ya se sabe... somos especialistas del engaño, la manipulación, la protesta y eso no encaja en la cultura del rugby.

Como absoluto fan del fútbol que soy, no pretendo menospreciar ni infravalorar los valores que fomenta, pero sí me gustaría que se potenciara el respeto a las normas del juego y que desapareciera de los campos de fútbol el engaño y la picaresca. Hemos tenido ejemplos muy recientes en la pasada Liga española y en la última Champions en los que ha salido beneficiado el equipo más rastrero. No doy nombres, pero todos sabemos a qué me refiero.

Me gusta mucho, muchísimo el rugby y todo lo que desprende.

2 comentarios:

  1. Fantástico artículo Fer. Más de uno que yo me sé debería pasar un veranito en un campamento de Rugby o algo de eso para ver de primera mano y aprender un poco lo que es la caballerosidad, la honradez, la decencia y la hombría cuando se compite en un deporte. Tú no das nombres pero yo sí. El señor Sergio Busquets, canalla sin par y maestro del engaño, el lloriqueo, el fingimiento y la falta de honestidad.

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  2. Vernon, has dicho un nombre, pero hay muchos más. El futbol se ha ido convirtiendo en un deporte en el que el truco, el engaño, la mentira no está siendo penalizada. Las barreras nunca están a la distancia reglamentaria (mira que sería facil solucionar este problema), el teatro de los jugadores generalmente beneficia al actor. Solo se cumple que las protestas son penalizadas por los arbitros con tarjeta amarilla, aunque también es cierto que no todas por igual... Hay jugadores muy beneficiados no se sabe muy bien porqué... o si, pero no es cuestión de entrar en ello ahora mismo.

    Gracias,

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